LA VIDA DE CADA HOMBRE ES UN CAMINO HACIA SI MISMO. EL ENSAYO DE UN CAMINO, EL BOCETO DE UN SENDERO

lunes, 31 de octubre de 2011

Nosotros, el albergue y las montañas.

El albergue se encontraba subiendo una cuestecita a unos 200 metros de una alegre aldeita formada por 7 u 8 casas cada una con su pedazo det terreno donde sembraban maiz y sobre todo las "Fabes" que tanta fama dan a la tierra gallega (No todo es pulpo). El albergue era un pequeño edificio de dos plantas de reciente construccion pintado de un color amarillo apagado bastante bonito que conbinaba muy bien con el verde de las puertas y ventanas, rodeado unicamente por un restaurante y miles de kilometros de naturaleza montañosa cuya sensancion de estar solo te llevaba a pensar que el paraiso tenia que ser identico a aquello.




Al llegar al albergue comprendimos enseguida que eramos los primeros en arribar, pues alli no habia nadie aun y ademas estaba el albergue cerrado. Asi que fuimos a preguntar al restaurante, restaurante a mi parecer bastante grande para la poca gente que acudiria alli a comer. Nos dijeron que una chica era la encargada de abrir el albergue y que habia que esperar normalmente al medidodia cosa que nos extraño pues era cerca de la una y aun no habia venido, asi que nos sentamos a esperar en el albergue pero en poco mas de 5 o 10 minutos vimos llegar un coche y se trataba de la encargada que venia para abrinos el albergue, sellarnos las credenciales y, como no, cobrarnos los 5 eurillos (Aunque por estar alli pagaba lo que hacia falta, aquello no tenia precio xD).



Nada mas entrar y elegir las camas (Cerca de las ventanas por supuesto) nos fuimos uno por uno directos a las duchas, lavarnos las ropas y dejarlas tendidas para asi tener toda la tarde libre para comer y dar un vuelta por el lugar.


A la hora de comer nos fuimos al unico lugar donde se podia comer, al restaurante que estaba junto al albergue. Restaurante que estaba unicamente para nosotros y que puedo dar fe de ello, que fue el mejor almuerzo que he probado en el Camino de Santiago: De primer plato cayó una sopa de marisco que cuando me la pusieron por delante no me podia creer que fuera solo para una persona, ¡Solo 10 euros o mas habia en marisco en la sopa e hiba a pagarlos por el menu completo! ademas me la sirvieron en una cazuela de aluminio acompañado de un puchero, daba para 3 platos llenos; de segundo plato fue un churrasco de cerdo con patatas fritas que estaba tambien de vicio. Ana y Bibiana se zamparon unos "aliñaos" que menuda pinta tenian xD.



Nada mas almorzar nos fuimos derechitos al albergue a descansar y a reposar la cantidad de comida que habiamos ingerido en un momento, que no fue poca. Comprobamos que acababa de llegar algo mas de gente al albergue. Me quede dormido alrededor de una hora, nada mas abrir los ojos comprobe que mis acompañantes no estaban asi que baje para ir con ellas, que estaban sentadas en un banco que habia un poco mas allá del albergue.


jueves, 11 de agosto de 2011

Rumbo hacia Vilela

Nada mas atravesar el "Ponte dos Santos" entramos en Ribadeo, que mas que un pueblo parecia una ciudad. Con su puerto deportivo, sus grandes edificios que ascendian siguiendo la linea de la colina en la cual estaba asentado esta maravillosa villa acompañada de su majestuosa ria y del imponente mar.
Al llegar al albergue, el cual se encontraba recien abandonado por los peregrinos que partieron esa misma mañana hacia su proxima etapa, pudimos comprobar que habia un alto contraste entre el exterior y el interior:
Al exterior compuesto por sus explendidas vistas hacia la ria estaba el albergue, de muy reciente construccion en el que aparentemente tenia muy buena pinta; pero por dentro nos encontramos con un panorama totalmente distinto: El albergue estaba bastante sucio, de hacia dias que nadie limpiaba nada ademas de un gran caos seguramente provocado por los peregrinos que hicieron uso de él la noche anterior (Cocina enteramente sucia y desordenada, llena de alimentos resecos y bastante basura ¡¡Incluso de haber hecho sardinas!!; por otro lado los colchones tirados por ahi con las sabanas que da el alberguista...Una verdadera pena)


Llegamos al albergue bastante pronto, a eso de las 12 de la mañana. Detras de nosotros llego Daniel el canario y su espigado compañero aleman. Llegamos bastante descansados por lo que hicimos parada para comer unas frutas y sellar nuestras credenciales y tras deliverar si quedarnos o no decidimos ponernos en marcha para Gontán con la sorpresa de un antiguo conocido como Daniel que se nos unia como acompañante tras la decision de quedarse por parte del aleman.

El tramo hacia Gontán fue bastante irregular, se notaba que dejamos atras la costa y comenzabamos a sentir el camino bajo nuestros pies: Cuestas hacia arriba, cuestas hacia abajo, por carretera y con un paisaje cuyo destino se me hacia esperar (Menos mal que Daniel nos tenia entretenido ya que conversacion no le faltaba). Hasta que por fin llegamos al albergue de Gontán el cual era un albergue bastante antiguo pero se veia muy limpio a traves de él. Algo que no nos gusto demasiado fueron las duchas, que estaban separadas del albergue distribuidas todas juntas en una hilera de casetillas construidas de ladrillo con puertas de chapa, se me vino a la cabeza que asi deberia ser en la mili.
Descansando unos minutos sobre un merendero de piedra a las afueras del albergue y dandole vueltas a la cabeza nuevamente, decidimos seguir hacia Vilela que segun nuestro mapa estaba cerca, ya que por alli solo habia 2 o 3 casas y ninguna tienda donde comprarnos algo para comer.

Tras unos pasos cerca del albergue vimos un cartel que nos indicaba la casa donde nos sellaban las credenciales. Paramos, apriori, unos minutos para lo que seria solo sellar pero la familia nos entretuvo un rato hablando del lugar y con resignacion de la situacion personal de la ganaderia en el campo gallego con respecto a sus hijos que se desentendian de ella. Me dio algo de lastima.

Asi que con mochilas al hombro y bordon en mano dimos rienda suelta a nuestros pies para continuar hacia unos de los destinos que mas me han marcado en mi peregrinaje hacia Santiago de Compostela.

domingo, 19 de junio de 2011

Despedida en el "Ponte dos Santos"

La gente aun dormia, creo que esa mañana fue la unica vez que fuimos de los primeros en levantarnos, asi que con cuidado metimos nuestros enseres en las mochilas y con mucho sigilo salimos del albergue. Nos despertamos bien temprano para tomarlas riendas rumbo a Ribadeo, nuestra proxima etapa, apenas una penumbra se dejaba ver en el cielo aun de noche cuando nos disponiamos a la marcha pero no sin antes tomar el primero bocado para dar energias y preparar al cuerpo para el dia que se avecinaba. En ese momento Dani, el canario, salio del albergue para dirigirse tambien a Ribadeo al que saludamos e intercambiamos sensanciones de lo que fue la noche y lo que depararia la etapa.
Con mucha pena deje mi sombrero de paja que compre en Sevilla con muchas ganas para la ocasion, pero la incomodidad que me hacia padecer era mucho mayor ya que no dejaba al pelo transpirar y ademas de la humedad del ambiente me producia un intenso picor en la cabeza, asi que me vi obligado a hacerlo junto con el tendedero improvisado que montamos al llegar.

Empezamos a caminar, despidiendo a la plaza del ayuntamiento, la playa....Y nada mas salir del pueblo nos topamos con nuestra primera cuesta ¡Y que cuesta para empezar bien el dia! pero en seguida se nos fue la pereza porque contemplamos una de las mejores estampas que nos han acompañado en este Camino, un cervatillo y su madre corretando por la verde pradera nos despedian de Tapia dandonos los buenos dias, la belleza de la naturaleza en estado puro.

El Camino transcurrio con "relativa tranquilidad" ya que la señalizacion era bastante escasa y tirabamos mucho de la guia que llevabamos, porque preguntar era algo casi imposible debido a los extensos campos de maiz que se extendian ante nuestros ojos. Asi que con un poco de orientacion llegamos a un pueblecillo o pedania en el que ya si pudimos preguntar, pero no solo se conformarian los habitantes con respondernos si no que se ofrecian a llevarnos ¡Incluso se disputaron guiarnos dos señores!, de verdad lo de la gente del norte es algo sin igual.
Asi que conseguimos llegar al fin al deseado puente que divide Las Tierras de Don Pelayo de las Tierras Gallegas despidiendonos de aquella que fue nuestra casa por 2 intensos dias dandonos la bienvenida Ribadeo al otro lado del puente...¡Galicia nos recibia con los brazos abiertos!

martes, 24 de mayo de 2011

Una tarde en la playa

Nos sentamos a comer en un bar que hacia de esquina a poco mas de 30 o 40 metros del puerto, comprobamos que los bares estaban vacios principalmente por la temprana hora a la que decidimos sentarnos a comer...¡Pero es que teneniamos tanta hambre!
Pues nos sentamos en una mesa para cuatro personas la cual estaba preparada para recibir a sus primeros clientes con un mantel de tela verde y otro blanco de papel encima. Pedimos 2 menús para nosotros 3, de los cuales acabamos bien llenos.

Nada mas levantarnos de la mesa emprendimos de nuevo la marcha para terminar de hacerle la visita a Tapia, lo primero que hicimos es preguntar por la playa a una señora calle arriba la cual se nos ofrecio muy amablemente, asi que con las indicaciones correctas pudimos llegar por fin a la playa.

Nada mas ver la playa nos quedamos boquiabiertos al ver tanta belleza postrada en una cala situada en algun lugar del Mar Cantabrico.
Como bien os he apuntado, se trataba de una cala de una longitud de unos 400 o 500 metros de punta a cabo en la que roca, arena  y mar jugaban entre ellas ofrenciendo al espectador un espectaculo unico e inconmesurable. La arena era la predominante en practicamente el 75% de su extension, lo que nos permitia darnos un buen paseo chanclas en mano por la orilla del Cantabrico y dar a nuestros pies uno de esos placeres que solo se dan por aquellas aguas. En la playa no habia demasiada gente, pero el acondicionamiento del lugar todo parecia indicar que era unos de los principales destinos turisticos de Tapia.

Despues de hacernos algunas fotos memorables como estas y merendarnos un buen helado en una grada bien acondicionada de hormigon que habia en la entrada de la playa nos dirigimos a hacer la compra necesaria para acompañar la cena del dia (Refrescos, pan, etc.) y el desayuno del siguiente, como no en nuestro supermercado y buen amigo "El arbol". Ya paseando tranquilamente pusimos rumbo al albergue mientras el atardecer bañaba el pueblo de Tapia, un albergue que ya se encontraba bastante mas concurrido de como lo dejamos.

Nada mas llegar recogimos nuestras ropas tendidas, organizamos las mismas y las compras recien hechas para algo mas tarde y decidimos salir a contemplar el atardecer en aquellos acantilados que acogian a los caminantes y peregrinos llegados a aquellas tierras hasta que cenamos unos bocadillos para acabar lo que habiamos traido desde Sevilla. En ese preciso instante Daniel el canario, un hombre con una gran facilidad para entablar conversacion con la gente hizo su aparicion mientras nos diponiamos a cenar conociendo asi a una excelentisima persona de cuya compañia disfrutariamos durante una parte del Camino.
Dani hiba acompañado a priori (Digo a priori porque rapidamente comprendimos que viajaba solo y que lo conocio de igual manera que a nosotros) por un aleman bastante alto y espigado con muy mal español, algo que nos asombro de ver como Dani y el aleman se entendian a la perfeccion.

Nada mas acabar de cenar pusimos norte a la cama para dormir que aunque era temprano y los rayos del sol se dejaban ver en el horizonte, el hecho de tener que levantarnos aun mas temprano nos empujaba a descansar dando paso a un nuevo dia.

domingo, 15 de mayo de 2011

En el puerto de Tapia

Nada mas darnos un baño y tender la ropa que nos lavamos junto con la toalla de secarnos en un tendedero provisional, el cual nos fabricamos en el lavadero de época que habia justo enfrente del albergue, nos fuimos derecho a hacerle la visita turística que merecia el pueblo de Tapia y, como no... ¡A comer!

 Lo primero que pasamos fué un ambulatorio que estaba junto al albergue, o al menos lo parecia según se veia el interior. La entrada se componia de una puerta de doble hoja con grandes cristaleras y luego a sus respectivos anexos solo habia unos tragaluces a lo largo de la fachada a modo de ventana a la altura de nuestras cabezas cuyos barrotes horizontales impedian cualquier vistazo que quisieramos hecharle. Estaba cerrado. La calle que conducía a nuestro albergue era lo peor del pueblo de Tapia, ya que no solo por el ambultario, sino por la composicion general de la misma, que no era nada estetica.

Nada más terminar nuestra calle seguimos la carretera y subimos por una cuesta muy pronunciada, y a la izquierda se encontraba una plaza muy bonita con un edificio antiguo del pueblo que me recordaba a los bancos de las peliculas del Oeste, con ese aspecto ocre tan de época, si no recuerdo mal creo que pertenecia a alguna asociacion de pescadores o por el estilo, pero parecia no tener uso.
Atravesando la plaza llegamos a la plaza del Concello de Tapia o lo que es lo mismo, la del Ayuntamiento, la cual era mucho mayor que la anterior. De planta rectangular ésta estaba restaurada de poco tiempo, la soleria estaba compuesta por baldosas cuadradas de granito donde la continuidad se veia interrumpida por unas acequias cuyos naranjos crecian fuertes a ambos laterales de la plaza. La plaza se completaba con unos bancos los cuales se encontraban llenos de gente a esa hora, claro que al darnos cuenta caimos en que era Domingo; comenzamos a perder la noción del tiempo por las tierras norteñas.Y el Ayuntamiento en el centro a un extremo de la plaza, nos daba la bienvenida.


Abandonamos la plaza del Ayuntamiento para ir en busca de la costa, asi que atravesamos la primera plaza  y continuamos en direccion contraria hasta que una cuesta hacia abajo nos llevaba hacia el puerto de Tapia y en donde ya se empezaba a oler el olor a comida que emanaban de los restaurantes.
Una vez alli continuamos adelante adentrandonos de lleno en la zona portuaria contemplando la gran cantidad de barcos pesqueros que alli se encontraban varados por ser día de descanso y protegidos del golpe de mar por un dique que lo contenia. Estos barcos eran bastante cortos de eslora de lo que yo tenía visto tanto por Huelva como por Cadiz... eran "pateritas". Mas adelante llegamos al mismo dique que os comenté, el cual estaba enlazado con tierra firme y permitía su acceso, y pudimos contemplar el Mar Cantábrico en todo su esplendor y bravura.

En la zona interior, un poco más adelante de donde se encontraban los barcos, quedaba un recinto amplio de agua en calma donde se encontraban personas de avanzada edad dandose un chapuzón...si, si...CHAPUZON! Nos quedamos boquiabiertos, a eso que en ese preciso instante nos miramos las polares que llevabamos puestas y nos echamos unas risas.

Despues de una sesion de fotos, el gusano que habitaba en nuestros estómagos nos invitó a buscar un lugar donde saciar su hambre.

jueves, 10 de febrero de 2011

Tapia: Esencia Marina en el Camino de Santiago

Llegamos al final de la primera etapa a poco mas de las 12 del mediodia encontrandonos delante de nuestro 2º albergue. En esta ocasión, el albergue tenía muy buena pinta al exterior, simulaba a una iglesia con algunas pinceladas barroquianas pero muy pequeñita, lo que la hacia mas acogedora en principio. La verdad que era bastante curiosa, la fachada se componia de un gran portalon de madera acompañada a ambos lados por sendas aberturas acabadas todas ellas en arco ojival , un ojo de buey en la parte media-alta de la fachada y cuyo tejado cerraba la misma a dos aguas.




Encontramos la puerta abierta justo en el momento en el que salian dos ciclistas dispuestos a poner inicio a la ruta que les tocaba..."Pedalear no se si pedalearian mucho, pero dormir seguro que durmieron" xD.
Al entrar encontramos un "yermo" particular del albergue, estaba bastante sucio, la planta baja se componia de 3 literas distribuidas de distinta forma, al fondo las escaleras que subian a la primera planta y a los pies de la escalera se encontraban los baños a izquierda y derecha. En el fondo a la derecha de la planta baja habia una mesa con un monton de restos tanto de comida como para hacer de comer y algo más de basura y un microondas en el cual brotaba un particular "ecosistema" microscopico, es decir, estaba muy sucio.

En cuanto a la primera impresion que nos dieron las camas, he de decir que mas o menos es lo que me imaginaba que me hiba a encontrar antes de salir de Sevilla, pero tan diferente de lo que nos encontramos en el albergue de La Caridad, que empezo a darnos un poco de asco el lugar, poco que se vio sumamente multiplicado al hacer la primera visita a los baños, no habia por dónde coger esos baños si así se les podía llamar (Como podran imaginar, he preferido hacer omisión de detalles).
Asi que subimos a ocupar sitio en la primera planta huyendo de la anterior, y encontramos una pareja extranjera durmiendo, que poco después supimos que el chico padecia de la rodilla, seguramente fruto del duro Camino.

Una vez situados y asentados nos dispusimos a aventurar en la dura selva que no tropical, que no sudamericana ni africana sino de una que estaba mucho mas cerca y peligrosa llamado...BAÑO!!!! Para poder asi darnos un aseo y librarnos del sudor y el polvo que traiamos impregnado de nuestra primera etapa de este Camino de Santiago.